El otro día Dolfete vomitó en la escalera y Peter salió después a fregarlo (me remonto a este hecho que no tiene mucho que ver con lo que vengo a contar hoy aquí para que no se me acuse de omitir información). El caso es que el cubo de la fregona estaba roto y Peter volvió diciendo:
- Este cubo hay que tirarlo, no sirve para nada.
UNA que, todo hay que contarlo, estaba tumbada en el sillón covideando, sintió cierto malestar corporal, y traté de localizar el por qué del mismo. ¿Cuál es la nube negra? Y ¡TATE! Ahí estaba: fue el "hay-que" lo que me había puesto en alerta.
¿Sabéis por qué?
Porque en casa HAY-QUE normalmente significa UNA-tiene-que. Estoy casi casi casi convencida de que en tu casa también. Los individuos que forman la familia-de-5 van soltando hay-ques al aire: hay-que comprar leche, hay-que coser este botón, hay-que pagar el baloncesto, hay-que comprar pasta de dientes, hay-que sacar la ropa de verano, hay-que hacer la transferencia de la excursión, hay-que quitar el árbol de navidad que estamos en julio... El mundo de los hay-ques es infinito, no como mi paciencia que es finita finita.
UNA va recogiendo los hay-ques primero en sus oídos y luego en su lista de cosas por hacer, por no dejar cabos sueltos, y acaba haciéndolos, pues el gusanillo del cubo de la fregona que hay-que tirar, que además viene seguido del gusanillo del cubo nuevo de la fregona que hay-que comprar, es como una molesta erosión en el aura de UNA desde el preciso instante que empieza a titilar en el aire.
Es por eso que creo que mi familia-de-5 suelta hay-ques al aire: ¡ven que funcionan! Para ellos, UNA imagina, debe de ser como magia: Alguien suelta al aire hay-que comprar plátanos, y ¡magia! en menos de 24 horas aparecen plátanos en la despensa.
UNA también lo ha probado, no creáis que UNA es tonta. En varias ocasiones:
- Oye- he soltado al genio invisible que habita en el hogar- hay-que comprar papel higénico.
Y tras varias visitas infructuosas seguidas al WC en las que he tenido que tirar de papel de cocina, porque la magia aún no había hecho su efecto, al final he terminado por resignarme e ir a por el papel yo. ¿Os acordais de la historia de un peine en la pandemia? ¿Y de mi experimento del folio en el pasillo? Pues peine y folio en la misma línea de los hay-ques.
UNA se pregunta, ¿no sería mejor si todos hicieran lo mismo? Es decir, si Paul hijo1 en vez de exclamar indignado ¡no hay nada para merendar, hay-que comprar!, fuese y comprase, ¿qué pasaría? UNA te lo cuenta: Que el mundo dejaría de ser ese lugar mágico en el que los hay-ques se convierten en realidad sólo con que queden flotando en el aire. ¡Ay, la magia!
Escribo esta entrada sin acritud, ¿eh? Ya sabéis que UNA siempre ha abogado por la magia. La magia es verdaderamente atractiva. Es una pena que a UNA no le funcione. Hay-que ser de una madera especial, supongo.
Vacuna contra los hay-que no hay por ahora, ¿no? Porque UNA en cuanto la saquen, se pone tres dosis y que queden los hay-ques flotando en el aire, a ver si otro alma se hace cargo.
Hacía mucho que no os deleitaba con una de mis quejas mundanas, así que no me hagáis un mohín.
😂 en mi casa pasa exactamente lo mismo, que cosa más extraña que la magia a mi tampoco me funcione🤔🤷🏼♀️
ResponderEliminarParece ser que hay-que ser hombre para que te funcione ;-) o eso he oído
EliminarEn casa la familia se deleita con la pizarra mágica - así se llama- del frigorífico. Apuntas "cereales" y al cabo de poco tiempo aparecen en la despensa. Y la ropa limpia y planchada que aparece en los dormitorios sin ni siquiera escribirlo en la pizarrita!! Y tantas otras cozitas!!! La magia funciona, pero lo importante es ser el espectador en el show!! 😂😂
ResponderEliminarPues eso: vacunarse para asegurarse de hacer de espectador. ¿Qué pasaría si no hubiera pizarra mágica en la nevera?
EliminarLas personas somos cómodas por naturaleza, cuando nos dan algo hecho una vez creemos que será así siempre :)
ResponderEliminarDesde fuera es fácil pontificar, las reglas, el orden, el yo haría... cuando andas en medio de la situación la cosa cambia.. supongo que a veces es mejor hacer algo, aunque moleste, que tener una pelea por cada centímetro de territorio.