Esta es mamá antes de que tú nacieras.
Tú habitas ya en su vientre y en su mente.
Tardes de parque. Tardes de Heidi.
Ella cose. Tú cantas.
En la noche, la llamas "¡mamá! ¡mami!" y ella acude con su sopa de mimos.
Esta eres tú con quince años
explorando tu propia paleta de colores.
Esta eres tú con tu propio vientre y tus propios pensamientos.
Empieza el cambio de roles.
No estabas preparada. Nadie lo estaba. Ni tú, ni mamá.
Ella va menguando. Ella haciéndose chiquita.
Tú, perpleja. Tú, doliente.
Esta es mamá camuflándose ahora en tus contornos...
Mamá-matrioska-chica no cabe en ti-matrioska-grande.
En el fondo de las matrioskas, tú sigues siendo aquella matrioska chiquita que habitó su vientre y se camufló en su falda.
Llamas de noche, "¡mamá! ¡mami!".
Nadie acude.
Asegúrate de acudir tú.
Dedicado a todas las matrioskas que cuidan de sus matrioskas estos días... para que no se les olvide cuidar a la más pequeñita que llevan dentro
Entradas relacionadas
Cambio de roles
Los locales
Jaque mate
La joven de la foto
Acabo de perder a mi mamá matrioska grande. Esta mamá matrioska chica no quisiera más que volver a esas noches de sopas de mimos. No puedo ya sino buscarlos en mis propias matrioskitas que me abrazan con sus manitos sucias y me besan llenándome de babas para que me sienta más mamá y menos hija y así mucho menos triste.
ResponderEliminarLaura, bonita... siento mucho tu pérdida... déjate querer...déjate mimar... El duelo duele pero es también una manera de homenaje a tu mamá matrioska grande. Nadie estaba preparado.
EliminarMe ha parecido una entrada triste y bonita a la vez, quizás la vida sea así, cosas bonitas y tristes entrelazadas. Eso y un eterno retorno, de la niña que fuiste, a la madre y, otra vez a una niña.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la metáfora. Gracias.
A mí lo que me parece bonito, bonito es que sigas aquí después de tantas entradas. Deslavazadas. Esporádicas. Y tú sigues aquí. Gracias.
Eliminar