martes, 11 de diciembre de 2018

Todo pasa y Todo llega


Paul hijo1 cumple 13 años hoy. 13. En inglés thirteen es el comienzo oficial de la adolescencia. He's a teen now. Ya no tengo tres niños en casa. Ahora tengo dos niños y un adolescente en casa.

Recuerdo el día que nació. El mismo día en que UNA se convirtió en madre. Paul hijo1 la hizo madre a UNA. Fue el 12 del 12. El parto se fue complicando a medida que pasaba el día y acabó siendo cesárea a las 11 de la noche. Me pusieron un bebé perfecto encima del pecho durante unos segundos antes de sacarlo del quirófano para llevárselo a Peter marido. Las primeras palabras que le susurré en esos sus primeros segundos de vida fueron:

Ya pasó

Y ya pasó.
Ya pasó su infancia.
Todo pasa y todo llega...

Si tuviera que empezar de nuevo otra vez sabiendo todo lo que sé ahora, haría muchas cosas de forma diferente. Muchas cosas mucho mejor. Muchas cosas menos mal. Me he equivocado mucho.
Pero miro con compasión a esa madre primeriza que hace 13 años no sabía todo lo que UNA sabe ahora, con la misma compasión, supongo, que la UNA de dentro de otros 13 me mirará a mí lidiando ahora con un adolescente que reta mis valores cada día.
Pues, al final, la vida es un aprendizaje y, con toda probabilidad, Dolfete hijo3 se ha beneficiado del aprendizaje que UNA ha llevado a cabo con el que siempre será su conejillo de indias: Paul hijo1. 
Aun cuando era pequeño, siempre ha sido el mayor. 
Mi ya no tan pequeño Paul. 
Mi personaje.

Paul hijo1 me ha enseñado muchas lecciones. A veces creo que más lecciones de las que UNA le ha enseñado a Paul. Pero, de entre las muchas lecciones que me ha enseñado, me quedo con dos.

La primera es precisamente que
Todo pasa

Todo pasa. Es difícil acordarse de esto cuando UNA está en medio de Todo y Todo resulta no ser bueno, pero si UNA fuera capaz de reunir la conciencia necesaria para recordar que Todo pasa, UNA relativizaría, flexibilizaría y no se martirizaría tanto por Todo.

UNA se preocupó cuando Paul hijo1 tenía pesadillas y no quería irse a la cama. Y ya pasó.
UNA se preocupó cuando Paul jugaba en el recreo con esos niños que no le hacían gracia a UNA. Y ya pasó. 
UNA se preocupó cuando Paul se aficionó al manga japonés y quería jugar con cuchillos. Y ya pasó. 
UNA se preocupó cuando Paul le tenía fobia a la seño de inglés y no quería ir al cole. Y ya pasó.
UNA se preocupó cuando Paul se cayó de la bicicleta y se empotró contra un banco de hierro del parque y se desfiguró el semblante. Y ya pasó.
UNA se preocupó cuando Paul hijo1 se peleaba con Gusi hijo2. Y ya pasó. Ahora se adoran. Ahora Paul hijo1 se pelea con Dolfete hijo3.

A esa madre primeriza que está preocupada porque el niño no come, o no come bien, o no come de todo, UNA le diría: Todo pasa
A la que está cansada porque el niño no duerme, o no duerme bien, UNA le diría: Todo pasa. Y también: busca la manera de dormir tú. Porque si el niño no come, tú comes. Pero si el niño no duerme, tú no duermes. Recuerda que Todo pasa pero ahora que estás en medio de Todo, busca la manera de dormir tú.


Luego está la otra orilla.
Si UNA está en medio de Todo y Todo resulta  ser bueno, y UNA es capaz de reunir la conciencia necesaria para recordar que Todo pasa, entonces UNA disfruta más de Todo: UNA saborea, huele y palpa Todo; UNA se deleita mirando y escuchando Todo. Y la vida se vive más intensamente, se exprime más, no se limita a pasar...


Cuando Paul hijo1 tenía 3 años, un día se pasó a mi cama. Ya había amanecido y la persiana no estaba completamente cerrada, sino que por las rendijas asomaba la luz. Y me dijo: 
"mamá, ya es de día, mira todos esos puntitos de luz"

Si te paras a mirar y a escuchar a tus hijos, tus hijos te enseñarán los puntitos de luz.

Cuando Paul hijo1 tenía 4 años, el día que yo me incorporaba a trabajar después de un verano fantástico, él me despidió así:
"mamá, no vuelvas con la luna, vuelve con el sol"
Si te paras a escuchar a tus hijos, tus hijos te enseñarán a volver a mirar al cielo.

Cuando Paul hijo1 tenía 11 años, un día fue a la biblioteca y a la vuelta me dijo:
"te he traído un libro... por si lo necesitas..."
El libro se titulaba: "Adolescencia. Orientaciones para padres". Hablemos de enseñar 😅. Ahora tendré que leerlo.

Paul hijo1 fue también quien me enseñó que los sábados no se trabaja.

Pero, sobre todo, me enseñó que, cuando UNA está en medio de Todo y Todo resulta no ser bueno, la mejor manera que UNA tiene de ayudar a Paul es ocuparse primero y sobre todo de UNA.
Ése es el mayor consejo que UNA le daría a una madre, primeriza o no.
Si vienen curvas, agárrate tú bien primero porque si no, no vas a poder sujetar a tu hijo. Ocúpate de ti, que te están mirando. Ocúpate de ti, que tu energía irradia. Ocúpate bien de ti o no te vas a poder ocupar bien de esa personita que espera que te lo pongas sobre el pecho y le digas las palabras mágicas:
Ya pasó

Esa personita que espera que le des un beso de ésos que curan. ¡Oh, los besos que curan!

El día que naciste, Paul hijo1, nació también mi deseo de ser mejor persona. 
Los mejores años de mi vida están llenos de ti.

Me parte el alma que el tiempo no se detenga.
Pero también me la llena.
Espero que cumplas todos tus sueños antes de que pasen.🌸💗


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