Poco sospechaba Doña Carmen que aquella sería su última navidad. Cuando llegas a cierta edad, el pensamiento te cruza la cabeza, ¡claro está!, pero lo hace tipo correcaminos. No se para a regodearse pues si no, no vivirías. Y Doña Carmen tiene ganas de vivir. Con su Manolo. Y su hija y su hijo, y sus dos nietas. Todos no se van a juntar este año, ¡no por Dios! que hay miedo, pero su Moni, su muñequita, sí vendrá a cenar con ellos, y así no estarán solos.
Moni se hace el test de antígenos. Para prevenir. No tiene síntomas pero quiere proteger a su madre que no pudo vacunarse por un síndrome que padeció hace tiempo. Moni lleva desde que empezó la oleada preocupada por su madre, vigilando quién se le acerca y cómo.
UNA forma parte del equipo de animación todo-va-a-salir bien.
Así que se repite el test de antígenos. Negativo. Puede cenar con sus padres.
A los tres días, Moni empieza con síntomas. Se encuentra mal. ¡Ay! Le inunda el miedo. Un test viene a confirmar lo peor. Es positivo.
A los cuatro días, su peor temor se hace realidad:
-Mi madre está con mucha fiebre...
-Moni, chica, no dejes que la mente te juegue malas pasadas que seguro que te vas a poner en lo más grave. En peores plazas ha toreado tu madre. No sabes si es Covid y, aunque lo fuera, este Covid no es el primer Covid- intentamos tranquilizarla el equipo todo-va-a-salir-bien.
Pero Doña Carmen también dará positivo. Llama a sus hijos para decírselo. ¡Ay, mamaíta!
- Moni, cariño, hay muchos casos pero no tan graves. La mejor manera de ayudar a tu madre es ponerte bien enseguida tú para para poder ayudarla a ponerse bien ella. Ya veras cómo todo-va-a-salir-bien.
Los días siguientes pasan pesados. Doña Carmen en su casa, Moni en la suya. Llamando cada hora. Si Doña Carmen se ha levantado y se ha puesto a limpiar ¡qué buena señal! Moni siente un pelín de alivio. Si Doña Carmen está pachucha o triste porque empieza el año sola sin poder tomarse las uvas con su muñequita, ni poder celebrar juntos el santo de su Manolo y de su hijo como cuando eran felices, o preocupada porque su muñequita está sola sin nadie que la cuide, Moni se pone peor, Moni se culpa, Moni se angustia, Moni se siente impotente.
Para el día de reyes, Doña Carmen se ha debilitado porque no quiere comer y su Manolo decide llevarla al hospital. Se queda ingresada con neumonía bilateral. El equipo todo-va-a-salir-bien sigue animando: -Así está mejor atendida. - ¡Menos mal que lo han pillado a tiempo!
Doña Carmen está sola. Nadie puede entrar en planta Covid. Así que el equipo todo-va-a-salir-bien se pone en acción. Localizamos a una enfermera amiga que conoce a una enfermera en la planta de Doña Carmen y hacemos una cadena de mensajes. De Moni a UNA, de UNA a la enfermera amiga, de la enfermera amiga a la enfermera en planta, de la enfermera en planta a Doña Carmen. Y, así, Doña Carmen recibe el afecto de su Manolo y de su muñequita. ¡Que te queremos! ¡Que eres la más bonita!
Pasan los mensajes, pasan los días y, poco a poco, va pasando la última navidad de Doña Carmen. La culpa va ganando protagonismo para afearlo más todo. Moni no sabe cómo se va a perdonar a sí misma. El equipo todo-va-a-salir-bien intenta hacerle llegar que aquí no hay culpables, que en la pandemia sólo hay víctimas.
Pero vamos perdiendo impulso...
Cuando llega la tan temida llamada de que puede entrar en zona Covid a ver a Doña Carmen, ya Moni sabe que no hay motivos para la alegría. Y el equipo todo-va-a-salir-bien agacha la cabeza y guarda silencio, porque ya sabemos que nada-va-a-salir-bien.
Da comienzo el espectáculo de la muerte, ése al que todos hemos asistido en alguna ocasión, o si tienes la suerte de haberte librado hasta ahora, lamento anunciarte que tienes entradas de palco para asistir en futuras sesiones. Nadie habla de las escenas dantescas que todos nos esforzamos en olvidar y asolan el trance del que vivimos tratando de escapar.
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Por suerte, o por desgracia, nunca he sido del equipo todo va a salir bien, tengo un sentido fatalista de la existencia y siempre espero los golpes, aunque nunca lleguen...
ResponderEliminarLa pandemia, como las crisis, mucha macroeconomía y muchos microperjudicados de los que nadie se acuerda... ¿nadie?, no, tu lo has hecho... gracias.
Dura y fuerte entrada, abrazo
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