Aviso: El contenido de esta entrada puede herir la sensibilidad de los lectores. Incluye palabros.
Alberto Chicote: 54 años, feo, gordo. Tapado.
Cristina Pedroche: 35 años, guapa, delgada. Destapada.
Cuando en verano, con temperaturas cada vez más altas sol y sombra, me cruzo con la estampa también cada vez más frecuente por estos lares de una pareja en la que ella lleva un burka y él va en manga corta, me crispo. Todos mis valores de respeto hacia el-otro-que-no-eres-tú se crispan también. Pienso: no hay derecho. No hay derecho a que UNA y tantas como UNA llevemos años luchando por la conciliación de nuestra vida familiar y laboral, hasta el punto de tener que someternos a altos niveles de ansiedad para mantenerla en equilibrio, y que haya mujeres tapadas hasta la coronilla con 45 grados. ¡Manda cojones! En otras palabras: Los cojones mandan. Un caso evidente de machismo. Las tapadas.
Las destapadas de las campanadas van en la misma línea. Destaparse para estar en televisión dando las campanadas, con años (pocos, pues han de ser jóvenes) de ejercicios y dietas para lucir maravillosas en la pantalla, es algo que no tienen que hacer ellos. Ellos lucen en su equivalente de la-manga-corta: viejos, gordos, feos y tapados. A ellos se les corta por otro rasero. Aquí también mandan los cojones. Es simplemente un caso socialmente aceptado (AQUÍ) de machismo pues es cómodo-de-ver, mas machismo al fin y al cabo. Las destapadas. Las tapadas es un caso socialmente aceptado ALLÍ pero no AQUÍ y por ende nos resulta incómodo-de-ver.
Me indigna tanto o más que la pareja del burka. Soy perfectamente consciente de que no-es-lo-mismo. No exactamente. No están en la misma escala en el dial del machismo y desde luego no tienen las mismas consecuencias para la mujer tapada o destapada. Lo que digo es que esto no es por lo que lucha el feminismo de UNA. El feminismo que UNA defiende va de igualdad: tapados o destapados pero por favor todos cortados por el mismo rasero; presento las campanadas porque lo hago bien, no porque luzco bien. El feminismo que UNA defiende respeta que la gente haga lo que le dé la gana, campanadAs o campanadOs, pero que no manden los cojones.
¿Has visto en algún canal de televisión presentando las campanadas a una pareja en la que ella era vieja, gorda y fea, y estaba tapada, mientras que él era un muchacho joven y destapado enseñando flacura?
Adivino que no.
Tampoco estoy abogando por esto, ¿eh? Que conste en acta.
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ResponderEliminarEs un tema complicado, la verdad... Más en mi caso, que hace año que no veo las campanadas :)
ResponderEliminarPor un lado habría que ver el dinero que cobran unos y otras y, por otro lado, las trayectorias. Lo mismo para presentar las campanadas siendo hombre necesitas ser relevante por algo y siendo mujer sólo quedar bien en pantalla... Lo digo porque, desde mi ignorancia, no tengo muy claro a que se dedican las mujeres que has indicado, lo mismo es un error mio.
El feminismo era que cada mujer hiciese lo que quisiera con su cuerpo, hasta que algunas decidieron enseñarse ligeras de ropa...
A mi todo me resulta muy complicado, la verdad...