miércoles, 16 de noviembre de 2022

Humo

En una de las comunidades online en la que estoy (una de las ventajas de las redes sociales es precisamente hacer comunidad), alguien hizo la siguiente preciosa pregunta: 

¿Qué restarás de tu vida?

Su opinión era que la mejor manera de practicar el autocuidado no es necesariamente la adicción de tareas, como darse un baño o un masaje. UNA está de acuerdo: en esta era en la que se nos anima a las mujeres a practicar el automimo añadiendo prácticas de lujo a nuestra lista ya cargadita de cosas por hacer (masajes, yoga, diarios de gratitud...), el síndrome de demasiado puede desbordarte. Mas bien, se explicaba la autora de la pregunta, el autocuidado debería consistir en la substracción de tareas, de manera que tengamos más tiempo y más energía para lo que de verdad importa.

Me quedé pensando que quizás se trate de substraer no sólo tareas sino que, una vez que te pones a restar, todo sea susceptible de resta. Pos-ya-que restamos, que todo sea susceptible de ser restado.

Restar relaciones que no sólo ya no nos aportan, sino que además nos erosionan.

La familia-de-5 fuimos hace unos veranos a un hotel en Extremadura que me permito recomendaros abajo porque, cuando visitas un sitio tan bello, piensas que es una lástima que el resto del mundo se lo pierda. La cocina de su restaurante era un espectáculo en sí misma y disfrutamos especialmente de la expresión en el rostro de los niños cuando nos servían un plato suculento de cocina creativa bajo una campana de humo que descubrían bailándola ante su fascinación.

 



Hace un par de sábados comimos en Goyko, un restaurante que, para el que tenga la suerte de no conocerlo, es una cadena de comida rápida con aspiraciones de no serlo. El caso es que UNA se quedó estupefacta viendo una campana, similar a la que os contaba, descubriendo en un baile, semejante al que os he relatado, una hamburguesa. Una hamburguesa ahumada.

Esta metáfora me viene de lujo para esas relaciones que huelen a ahumado de hamburguesa. Han perdido todo el glamour y, de ser un plato de comida creativa han derogado en comida basura. Quizás siempre lo fueron, y ya vaya siendo hora de restarlas. No echo de menos ninguna hamburguesa ahumada de las que ya resté en sus días de hedor.

¿Qué restarás de tu vida?, se planteó UNA. 
¿Qué es lo que te drena?

La pregunta me hizo caer en la cuenta de lo que ya llevo haciendo un tiempo, quizás desde aquella noche oscura del alma que pasamos UNA y yo el otoño pasado. Lo que llevo restando es el aftermath de mis disgustos y cabreos. ¿Y qué es el aftermath?, preguntas si no hablas inglés. Pues te confieso que tengo un problema traduciendo esta palabra porque el diccionario me la ofrece como secuelas, pero para UNA es mucho más que eso: es el período post-bélico. Los días después de que haya acabado un conflicto y tu mente se queda rumiando lo que te dijo, y lo que tú le dijiste, y lo que tendrías que haberle dicho y sólo se te ocurrió a agua pasada de la que no mueve molino; y lo que hizo luego, y lo que no hizo, y lo que tendrías que haber hecho y qué hubiera hecho él o ella entonces. ¡JA! 

Hasta que se te pasa. Porque se te acaba pasando. Porque no queda otra que seguir.

UNA, que es muy mental, tiene una Drama Queen dentro que solía vestirse de gala en el aftermath de los conflictos y alargármelos eternamente en el tiempo. Se regodeaba en este período post-bélico, reviviendo el escenario. Aquí tercia otra palabra en inglés (voy a empezar a cobraros por estas clases gratuitas, por cierto, y cobro caro) que es venting: venting viene a ser algo así como desahogarse. Pero mi Drama Queen se ahogaba.

Imagínate que tu pareja dice o hace algo que te sienta ligeramente mal. Tú no se lo señalas, o quizás sí, pero sin darle demasiada importancia. Luego te juntas a cenar con tus amigas y en la tercera copa de vino, les cuentas eso que tu pareja hizo o dijo que te sentó ligeramente mal. Eso es venting. Lo haces para desfogar, para sacártelo del pecho. 

¿Qué pasa? Tus amigas, que te quieren mucho pero no tienen que volver a casa contigo, te dan la razón. Es más: te dan argumentos extra (y gratis, como estas clases de inglés) para razonarte por qué eso que te dijo o que te hizo tu pareja ha de sentarte no ligeramente mal, sino mal-en-condiciones. Para cuando llegas a casa y ves a tu pareja, estás echando humo, pero humo del de hamburguesa. El pobre no entiende qué ha pasado. Drama Queen ha pasado. Drama Queen ha rumiado, se ha desahogado y, en el proceso, os está ahogando.

Venting es parte del aftermath.

Eso es precisamente lo que ando restando estos días de mi vida. 

La vida es corta.  Paul hijo1 está organizando su viaje de fin de curso de 2º de Bachillerato y, al hacerlo, me abordan los recuerdos de mi viaje a Italia en COU. Mi viaje a Italia fue anteayer. La vida es corta.

¡La vida es cortísima!, grita mi Drama Queen, con quien por cierto me llevo estupendamente. Es una de las facetas de UNA que más adoramos UNA y yo. (¡Qué lío, ¿no?!😉)

La vida es corta. UNA pone la intención en que el tiempo y la energía que le presto a mi Drama Queen para regodearse después de un conflicto o un disgusto sea limitado. Le doy unos minutos. Si el pollo ha sido grande, tal vez unas horas. Pero días ya no, maja: haz unos aspavientos, llora si te hace falta, no te cortes, unas cuantas palabrotas bien sonoras y, 

a otra cosa, mariposa. 

Le he restado tiempo a mi Drama Queen que el tiempo es humo. El tiempo y la energía de UNA para lo que de verdad importa. Para los que de verdad importan. Less drama, que dice mi amiga Juana. Give fewer fucks, que dice más gráficamente mi amiga Nines (esto que os lo traduzca google que la clase de hoy ya ha terminado).

Y tú, ¿qué restarás de tu vida? 

Se acerca de nuevo el año nuevo.
De nuevo, el año nuevo.
Pasa la vida corta.
Quizás vaya siendo hora de sumar menos y restar más.

La vida es humo. Tú decides qué es lo que quemas.


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El hotel de que os he hablado:
https://avelhafabrica.es/




1 comentario:

  1. Me he reído con lo del Goiko porque creo que pusimos y pensamos lo mismo la primera vez que vimos la campana esa con el humo, ese intento entrañable de hacer algo sofisticado en un sitio de comida rápida.

    Incorporo desde ya la palabra aftermath a mi vocabulario y te regalo una en español que me ayuda mucho, el sudapollismo como filosofía vital. Si lo piensas bien la mayoría de las cosas que nos parecen súper importantes en realidad son una tontería o no dependen de lo que hagamos. Así que es mejor pasar de todo y no ser demasiado Drama Queen :)

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