Echo de menos tu sonrisa
ancha
entusiasta
sin tapujos
sin complejos.
Esa sonrisa que habitaba todas las líneas que le venía en gana
sin consultarle al espejo
sin murallas
sin esa puerta de hierro entre el mundo y tú
que deja a UNA fuera, con el mundo.
Tu sonrisa emigrante y extranjera me anuda la garganta.
Extraño tus ojos abiertos
espontáneos
escaneando el mundo
buscando tesoros atrapados en escondrijos adultos
descubriendo milagros disfrazados bajo tez de rutina.
Allá donde UNA equivocada, ciega, hacía pereza,
TÚ veías puntitos de luz.
Los mejores años de mi vida están llenos de ti.
Allá donde UNA se ahogaba en charcos de barro,
TÚ anunciabas el cambio emocionado a esa manga larga.
Los mejores años de mi vida están llenos de ti.
Echo de menos tu brazo enredadera
abrazando mi cuello a modo de foulard
en medio de la noche.
Y #my-bed-in-the-morning
habitada por duendes
multiplicada por dedos-deditos en mi cama.
al filo de la fiesta nocturna de los cuentos
No conocía la faceta de la poesía... no entiendo de poesía, tampoco de escribir, ya puestos.. pero me gusta, me fijo en el ritmo y en las imágenes que proyectan tus letras, porque tus letras proyectan imágenes, no sé si lo sabías...
ResponderEliminar#lookingback, sí, qué remedio... la maternidad es entregar demasiado esperando que haya alguien al otro lado para recibirlo....